Si hasta hace poco hablábamos del discípulo, Dan Slott, es hora de hablar del Maestro Frikie ( o uno de ellos) Peter David. Este Gordito simpaticon ha logrado una vigencia a través de los años gracias a su conocimiento y lógica con respecto al genero de los Superhéroes.
La gracia en este cuento es no intentar descubrir la pólvora. El que tengas que llegar a escribir –a la mala- sobre un personaje con un gran historial atrás (hablo de Hulk) no es un problema, es una ventaja. ¿Como no va a ser una ventaja tener en tus manos a un personaje que se escribe solo? Y no me mal entiendan, no es fácil inventar una historia sobre un estereotipo, pero si puede llegar a serlo cuando hemos descubierto la esencia del personaje: Entender de donde viene y predecir hacia donde se dirige.
Tu, escritor, eres solo el mensajero.
Escribirlo se dice fácil, pero he ahí la genialidad de este autor, a quien se le pueden achacar muchas cosas pero jamás se le podrá acusar de traicionarse a si mismo o sus ideales. ( y es que un editor de Marvel pueden llegar a ser un verdadero cabron si se lo propone) Entonces, alguno me podría decir que la formula del éxito es bastante clara: llega a escribir sobre un personaje con carrete en sus hombros y se fiel al personaje... ¿Pero que ocurre cuando ese personaje ha sido olvidado y tiene un poder Mutante de lo mas ridículo?, ¿Cómo se auto sustenta una historia que no tiene un pasado al que recurrir?
Esta es la historia de Madrox.
(O mas bien una precuela de la largamente esperada serie de PAD: X Factor. -Colección que tuvo su volumen 1 en los 90’s de la que ya hablaremos en una próxima oportunidad-)
Tenemos a un Mutante que es capaz de repodrucirse -literalmente- cada vez que se golpea, esto ya es estupido de escribirlo, lo se, pero el que quiera incursionar como detective ( una de las tantas vocaciones que uno ha tenido dentro de distintas etapas... por ejemplo, Pinilla siempre ha soñado con ser futbolista) hace que la temática se comience a definir: tenemos un tomo de tipica serie Negra o Noir.
Sumale la capacidad de poder hacer y aprender todo lo que quisiste al mismo tiempo... y todo al alcance de un solo golpe.
¿Alguna vez quisiste ser periodista? Manda un doble a la universidad.
¿Aprender un deporte? Deja a otro en el gimnasio todo el día.
¿Vigilar a tu polola? ordenate a ti mismo quedarte debajo de su cama.
La gracia es que cuando lo vuelvas a absorber, tendrás todos esos recuerdos y conocimientos a tu disposición. De esta manera, Madrox – o el hombre múltiple como se le conoció en un principio- se transforma en una cantera inagotable de posibilidades y recursos desde el punto de vista del guión... Y PAD lo explota en la medida que se va introduciendo en el personaje y sobre todo sus diálogos.
Destripar el argumento no es necesario ya que lo mejor es tener clara esta premisa e ir descubriendo en que tipo de problemas se ve involucrado el futuro líder de X-Factor, aunque si hablamos de una buena historia policial, es imposible que no comience con un asesinato de por medio... aunque sea el del protagonista.
Muchas veces se ha insistido en que no hay personajes malos, sino escritores mediocres. En el caso de Madrox, tenemos a un personaje olvidado y mediocre en su génesis, pero que gracias a PAD y el entorno que propone, adquiere matices insospechados e ilimitados.
